lunes, 15 de febrero de 2010

Los demonios positivos


Los demonios positivos

Raúl Rivera / Subterráneos



Cuando Platón escribió sobre los demonios a manera de hados protectores de la familia, éstos carecían del carácter maligno que tienen en la tradición judeocristiana.


Cuando un demonio quedó atrapado en una lámpara mágica por la sabiduría del rey Salomón, éste se volvió un sirviente para aquel que encontrara la lámpara y lo despertara, esta idea de Las mil y Una Noches le dio a los demonios más facultades de las que aparecían en ..la Biblia.., tenían libertad de acción en el mundo pero estaban sometidos por las mismas leyes que gobernaban a los humanos.


A veces, para expresar una idea, los físicos han imaginado un ser con capacidades sobrehumanas pero no sobrenaturales, es decir, capacidades superiores a la de cualquier persona pero que no violan ninguna ley fundamental de la naturaleza. A estos seres se les suele llamar demonios, a pesar de que no tienen ninguna mala intención.



Demonio de Laplace


El primer demonio de renombre es el demonio de Laplace; el físico y matemático francés Laplace fue una de las principales figuras en el desarrollo de la mecánica creada por Newton. Estaba convencido de que todos los fenómenos de la naturaleza, incluido el comportamiento humano, obedecían las leyes de Newton y podían explicarse y predecirse a partir de ellas.


En otras palabras, el mundo, si obedeciera las leyes de Newton, sería completamente determinista. Para expresar esta idea de forma más gráfica Laplace imaginó un demonio, capaz de conocer la posición y velocidad de todas las partículas del universo en un momento dado, y capaz también de resolver las ecuaciones de Newton. Un demonio con estas capacidades (sobrehumanas) conocería el devenir de todo lo que existe, conocería el más leve movimiento de cualquier cosa o persona que viviera en los próximos cien mil millones de años.


Da igual que un demonio así no exista, lo importante es que puede existir. Es decir que en nuestro devenir social es predecible, siempre y cuando las leyes de Newton no cambien.


Uno de los argumentos para nombrar ciertos conceptos matemáticos con nombres pretenciosos era el carácter antirreligioso de sus creadores


Napoleón platicando con Laplace sobre su obra Exposition du système du mónde le comentó: “me cuentan que ha escrito usted este gran libro sobre el sistema del universo sin haber mencionado ni una sola vez a su creador” y Laplace contestó: “Sire, nunca he necesitado esa hipótesis” Napoleón le comentó la respuesta al matemático Lagrange, quien exclamó: “¡Ah! Dios es una bella hipótesis que explica muchas cosas”; Napoleón también le contó esto a Laplace, a lo que éste muy astutamente argumentó: “Aunque esa hipótesis pueda explicarlo todo, no permite predecir nada”.



Demonio de Lamarck


Otro demonio reciente es el Demonio de Lamarck, este se diferenciaba del resto por tener un carácter más próximo a nuestra realidad. Para conocerlo hay que citar el concepto de entropía: un sistema que genere calor tenderá al desorden conforme pase el tiempo por la pérdida de energía necesaria para conservar el orden. Un ser vivo no debería existir según las leyes clásicas de la física, porque tendería al desorden y sus componentes se desintegrarían, es decir, deberíamos morir al momento de nacer, pero hay un demonio que contradice esta ley, que evita la oxidación de nuestras células y nos conserva vivos. Para evitar la contradicción surge el demonio de Lamarck que rearma las cadenas de aminoácidos y permite la división celular, este es la enzima que ensambla las líneas de ADN.

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