Sade, sin pretensiones comerciales y con matices polifacéticos
Ricardo Cabrera/ Subterráneos
Escuchando lo nuevo que ha salido de la música “comercial” me topé con el Love Soldier de la banda Sade, quien lidera la cantante Helen Folasade Adu a quien también se le conoce como Sade, de origen anglo-nigeriano.
El disco salió el pasado 8 de febrero, un regreso necesario después de 10 años de ausencia. El sonido del disco es minimalista, con una vertiente musical del género Quiet Store. Sade sin embargo es considerada dentro del género de Soul y R&B. Componen la la banda, Paul Denman en el bajo, Stuart Matthewman en la guitarra y saxofón y Andrew Hale en los teclados.
A pesar de los 10 años que han pasado desde Lovers Rock, último disco de estudio de Sade, esta banda tendrá que recolocarse en el panorama musical invadido por la inclinación de las disqueras hacia el lucro y la comercialización, más que a la calidad de la ejecución musical. A pesar de eso la trayectoria respalda a la banda, puesto que llevan 25 años tocando y teniendo momentos cumbres como el concierto de Live Aid en 1985.
“Soldier of Love” que es el primer sencillo del disco homónimo, tiene un sonido de banda y coros de guerra, aunado a guitarras acústicas entre tonos altos, acompañado de la voz de la intérprete. La letra es acerca de las exigencias de la cotidianidad por acaparar un acompañamiento emocional, equiparando esta constante con la vida de un “soldado”. En mi intromisión puedo hablar también del video dirigido por Sophie Muller, quien ha trabajado anteriormente con ella, y que presenta a una Sade en el desierto a través de cielos de colores y redobles de soldados que hacen una coreografía contigua, cabe destacar la longeva imagen de la artista a sus más de 50 años.
La portada del disco y el trabajo de arte de éste son dignos de apreciar, de entrada tenemos a la cantante con una manola flamenca de color negra de espaldas, y de trasfondo una perspectiva de las ruinas arqueológicas de Monte Albán, Oaxaca en México. Las imágenes del mundo hispano nos remiten a la mezcla de sonidos que componen el álbum, y al gusto de la artista por experimentar con dichos sonidos no sólo de esta parte del mundo, sino del África Subsahariana donde ella tiene su origen. Cabe destacar las imágenes de frente que están en el interior del panfleto donde sale como una mujer yoruba, llena de collares en el contorno del cuello.
Les recomiendo el disco en cada rubro que mencioné, esta es una propuesta sincera de una de esas grandes bandas que ha dado la “música popular para adultos” a pesar de sus destellos fugaces pero luminosos
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