Evaluando al FIP

El público poblano habido de experiencias culturales
Evaluando al FIP
Hugo Cabrera

* Conjuntar espectáculos que aporten un carácter festivo y cultural pareciera el propósito, pero no hay una ideología definida, una temática, una visión.

El Festival Internacional de Puebla se ha convertido en un hábito para los poblanos, una actividad indispensable a la cual se recurre en noviembre para tener acceso a eventos culturales. En esta onceava edición algunos espacios destinados a estos eventos fueron rebasados en su capacidad, demostrando que la gente está con deseos de una experiencia cultural.
Para algunos la programación fue buena, para otros, mala; todo dependía de gustos. Los eventos programados parecen ser los que están al alcance del presupuesto destinado, los que promotores presentan en tiempo y forma para que finalmente alguien los elija.
El hecho de que algunos compañeros periodistas hayamos participado como productores en un evento del FIP, quizá nos hizo ver que hay poblanos reconocidos a nivel nacional dedicados a ésta labor (producir conciertos).
Podemos destacar la labor de Charly Pata de Perro que produjo la sección para niños en el FIP, además del concierto del grupo Mass Ensamble y la conferencia del astronauta Nery Vela.
Otra productora destacada es Miyarai Cortés, reconocida ya a nivel nacional y productora también en el Festival Cervantino. En ésta edición del FIP aportó el concierto de Calle 13 y Los Tigres del Norte, de los que más asistentes tuvieron.
Destacar la labor de producción es importante, porque implica todo un trabajo, que va desde cuestiones técnicas hasta de relaciones personales. Trabajo encaminado a que el público disfrute una obra y el artista cuente con los elementos necesarios para proyectarla.
En Puebla hay productores destacados a nivel nacional, no incluidos en el FIP, como: Gregorio Camacho, productor de conciertos de rock urbano y Metal, Jaguares y Café Tacaba; Francisco Galindo “El French”, o la empresa Liquid Moon, productora de conciertos como Épica y Lacrimosa, dirigida por Héctor Torres.

Sin dirección
Conjuntar espectáculos que aporten un carácter festivo y cultural pareciera el propósito, pero no hay una ideología definida, una temática, una visión.
Creo que el FIP separa el carácter Festivo - Didáctico y no hay propósito para formar nuevos públicos ¿Qué diferencia hubo de organizar un concierto de los Tigres del Norte por la Secretaría de Cultura a ser organizado por un particular?
Es cierto que Los Tigres del Norte y Calle 13 aseguran público, pero ¿cómo aprovechar esa asistencia masiva para involucrarla con otras disciplinas artísticas? ¿Qué hacer para que artistas locales se enriquezcan con la presencia de personajes relevantes?
No hay una mecánica, una tarea ó actividad. Podrían gestarse talleres, conferencias e incluso espectáculos temáticos en donde se involucren creadores locales, nacionales e internacionales.

Los desperfectos
Otra evidencia de que no hay una idea central en el FIP, es cuando elementos del eslabón organizativo no tienen capacidad para controlar situaciones, no se informan y no se preparan para la labor que se le encomienda. Que vergonzoso que escondida entre el público la señorita Karina, representante de la Secretaría de Cultura en el San Pedro Museo de Arte, no supiera el nombre del homenajeado José Cruz, el público la calló con una rechifla monumental. Que vergonzoso que se le cuestionara el paso a camerinos del bajista Federico Fons. Vergonzoso también, por parte del área de prensa de Secretaría de Cultura, sacar de la sala de conferencias a un entrevistado para que continuara en el lobby su charla y que todos los periodistas abandonaran la sala junto con él, dejándola vacía y sin atención al siguiente grupo. Igualmente vergonzoso que Jhonny Indovina haya tenido que buscar dónde dar su conferencia de prensa dentro del hotel sede, subiendo y bajando del penthouse a la sala de prensa sin saber quién lo atendería.
Detalles que pudieran ser mínimos para la magnitud del evento, pero evidentes de que la preparación e información que tienen los altos mandos no llega a los últimos eslabones organizativos.