jueves, 13 de octubre de 2011

4 meses, 3 semanas y 2 días



Un frío retrato del aborto

4 meses, 3 semanas y 2 días


Víctor Rodríguez / Subterráneos
* En la película no existe música para no sensibilizar al público. Las escenas generalmente se hicieron en una sola toma, la cámara fue al hombro, no se rodó en set, y todo esto para darle realismo al film

En un frío día de 1986, cuando Rumanía aún estaba bajo el régimen comunista (etapa final), Gabita (Laura Vasiliu) de 22 años está decidida a abortar clandestinamente en la habitación de un hotel. Otilia (Anamaria Marinca), su compañera de cuarto de la universidad, está dispuesta a ayudarla.

Otilia consigue dinero prestado de su novio para ayudar a pagar parte del aborto. Gabita ha conseguido quién lleve a cabo la interrupción, el Sr. Bebe (Vlad Ivanov), al cual no conoce. Ante el miedo de no poder enfrentarlo, envía a su amiga, quien lo dirige a la habitación de hotel. Ninguna conoce cuál será el precio, pero han realizado un presupuesto.

El Sr. Bebe está a punto de irse por el poco dinero que han recabado, haciendo alarde de que su vida corre peligro por la realización de algo ilegal que puede costarle 10 años de prisión. Sobre todo porque lo acusarían de homicidio, ya que el producto tiene casi 5 meses. Otilia conserva su lealtad a Gabita, y propone pagarle al Sr. Bebe con su cuerpo.

La operación no dura demasiado y lo hace con tal práctica, que simula ser algo sencillo, algo de todos los días. No queda más que esperar. Es advertida de las consecuencias y de los cuidados. Ahora las dos son cómplices de algo que, al parecer, tendrán que callar de por vida.

 

Contextualización en palabras del director Cristian Mungiu

“Cuando llegó el final de la era comunista, fuentes fidedignas afirman que más de 500.000 mujeres habían muerto por abortar ilegalmente. En este contexto, el aborto perdió su connotación moral; se veía más como un acto de rebelión y resistencia contra el régimen. Después de 1989, una de las primeras medidas fue volver a legalizar el aborto. Hubo casi un millón de abortos durante el primer año, mucho más que en cualquier país de Europa. Todavía hoy el aborto se usa como método anticonceptivo en Rumanía, con más de 300.000 casos declarados anualmente”.

El director Cristian Mungiu realiza un film que peca de realista, en donde lo que sobresale de la película son los diálogos intensos; las duras imágenes que se presentan no son aptas para un público sensible. Un tema tratado con seriedad y parcialidad.

Las actuaciones, aunque parecieran inexpresivas, transmiten la sensación de terror. Las atmosferas que giran en torno de las situaciones y que enfrentan las protagonistas, generan miedo, ansiedad e inseguridad. En la película no existe música para no sensibilizar al público. Las escenas generalmente se hicieron en una sola toma, la cámara fue al hombro, no se rodó en set, y todo esto para darle realismo al film.

Es una película digna de verse, porque el tema volvió a surgir en las últimas semanas. Y algo que queda claro, a partir de este filme, es que quien esté decida a hacerse un aborto, lo realizará, sin importar el precio que tenga que pagar.

La película ganó la Palma de Oro en Cannes, así como Mejor Película Europea y permio FIPRESCI en el 2007. Consiguió nominaciones al Globo de Oro y el Oscar a mejor película extranjera.

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