jueves, 27 de octubre de 2011

Con M de Muerte


Con M de Muerte


Víctor M. Rodríguez/ Subterráneos

 

Bien podría recomendarles algunas películas clásicas del género del terror, suspenso, incluso de vampiros o fantasmas, pero me inquieta mostrar a la muerte en sus diferentes circunstancias, desde lo cómico hasta lo trágico y cómo algunos personajes en diferentes películas se involucran con ella.

En El séptimo sello, Bergman materializa a la muerte en un hombre vestido totalmente de negro quien acompaña a un caballero (en conflicto existencial) en época de las cruzadas. Éste ingenuamente se atreve a retarla (a la muerte) en una partida de ajedrez. Las dudas sobre la existencia de Dios se asoman, el miedo a morir abarcará gran parte del discurso de la historia.

Por su lado, Woody Allen hace varias referencias a El séptimo sello. Como ejemplo tenemos La última noche de Boris Grushenko, la muerte danza con el personaje principal después de una batalla (parodia del final de la película de Bergman). En Crímenes y pecados (inspirada en Crimen y Castigo de Dostoievski), un oftalmólogo se desase de su amante gracias a que contrata a su hermano para que la asesine. Esa misma noche, el fantasma de su amante le confronta en la cocina de su casa.



Como en la obra anterior, los fantasmas son elementos en la vértebra del imaginario colectivo sobre la muerte. Son fantasmas los persiguen a Uxbal, personaje central de la película Biutiful, quien con cáncer encima, se encarga de dejarles a sus hijos una cantidad de dinero considerable. El problema que va a implicar su muerte le obliga a resolver todos sus conflictos con sus seres queridos antes de partir de éste mundo.

Pero después de jugar, danzar con la muerte y gracias a ella resolver la vida, uno se muere y lo más lógico es enterrar al cadáver, pero cuando no se puede por cuestiones religiosas (judías), se quedarán con el cuerpo hasta los 5 días sin Nora, película cómica que explica cómo Nora (nunca presente físicamente en la película) planea reunir a su familia después de muerta.



Y es que a veces la muerte puede ser toda una odisea, nos convierte en protagonistas; verdugos, víctimas e incluso jueces, papeles accidentales ajenos de la voluntad humana. Tres ejemplos de ello pueden verlo con Blouwup de Antonioni, en donde un fotógrafo, tras realizar unas fotografías en un parque, su cámara captura a un asesino. Lo mismo sucede en Blow out (homenaje a las películas de Hichcock), de Brian de Palma, sólo que no es un fotógrafo, sino un sonidista para películas de serie B, que después de salir de noche para capturar sonido ambiental es testigo de un accidente automovilístico y testigo clave de un asesinato.

Kurosawa con su película Rashomon, nos da 3 versiones diferentes acerca del asesinato de una persona, nosotros como jurados, escucharemos y veremos cada una de las historias, todos los argumentos parecen creíbles, al final tendremos que decidir quién pudo ser el asesino.



Las obras presentadas anteriormente nos exponen distintas maneras de entrar a la muerte, pero también se puede regresar de ella en un Vértigo, película de Hichcock, que logra mantenernos por 2 horas persiguiendo un “fantasma” entre la delgada línea de terror y suspenso. Convertido en un ícono filmográfico, el final ha sido parodiado por Los Simpsons, sin duda representa una de las mejores películas de éste director.

En Volver de Almodóvar, la madre de las protagonistas ha regresado del más allá para comunicarles que no estaba muerta, más bien que andaba de parranda, que aquella persona que se murió con su padre no era más que su amante.

Desafortunadamente muchas pelis se han quedado fuera, muertas por el silencio, hasta que alguien decida resucitarlas en la que pueda ser su siguiente entrega.

 

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