jueves, 13 de octubre de 2011

A 519 años del descubrimiento de América


A 519 años del descubrimiento de América


Raúl Rivera / Subterráneos
* Proyecto descabellado que llevó al nacimiento del mundo Moderno

Después de la caída de Constantinopla en 1453, las rutas hacia el Oriente fueron cortadas por los Turcos Otomanos y la ruta de la seda dejó de existir definitivamente. Para ese mismo año, el Papa convocó la última Cruzada para liberar la ciudad Bizantina de los árabes, pero los reyes de Europa ya no estaban interesados en Jerusalén y los lugares santos, ahora se les presentaba la modernidad, el comienzo del Humanismo y la Iglesia perdía la hegemonía en el continente.

Para 1492, caía el último baluarte árabe en España y los reyes católicos unificaban las distintas naciones que conformarían el Estado Español. Con ingresos desmesurados por el decomiso de los bienes de moros y judíos, los monarcas fueron adquiriendo tierras fuera de sus dominios, como los títulos de reyes de Jerusalén dados por el papa, aun cuando nunca gobernaron la ciudad ni tuvieron el interés de conquistarla, o la Navarra francesa, pese a que este territorio tampoco lo ocuparon. Pero de todas sus conquistas de papel, la que significó su principal bien y más rico botín fueron las colonias americanas.

Cuando la expedición de Cristóbal Colón fue aprobada por las juntas reales, ese mismo año los reyes católicos, para su financiamiento, vendieron las joyas de la reina, el equivalente a privarse, los reales señores, de la merienda, y adquirieron las embarcaciones junto con tripulación y maestres.

Pero, ¿qué fue lo que llevó a los reyes a financiar la expedición, siendo que la mayoría de los hombres de ciencia de su tiempo la consideraban inviable? Es una pregunta que todavía se hacen algunos historiadores.

 

Gran genialidad o increíble ingenuidad

Entre los argumentos para decir que la justificación del viaje fue la sinrazón, está que, en primer lugar, no estaba en discusión la redondez de la tierra sino el tamaño de ésta. Para esos años se conocía el diámetro de la tierra (40 mil kilómetros) y ya eran conocidas las líneas imaginarias (paralelos y meridianos) que la dividían. Para Colón los meridianos podían tener entre ellos algunos grados de diferencia y el diámetro de la tierra sería menor, de esta forma un viaje a la India se acortaría y, combinado con la corriente del atlántico y conservar una ruta por el norte donde el diámetro de la tierra se reduce, encogería el viaje a tres meses. Por desgracia, los meridianos son en verdad imaginarios y la tierra no se encoge en ciertas áreas que no sean los polos. De ahí que todavía se cuestione qué llevó a las juntas reales a aprobar tan descabellado proyecto.

Otro dato es que en la ruta del viaje se nota una clara desviación hacia el suroeste de unos pocos minutos de arco, es decir, se fue “chueco”, lo que se explicaría con el poco conocimiento de Cristóbal Colón en astronomía, pues se sabe que las estrellas se desfasan cada mes y las carabelas fueron siguiendo la mismas estrellas y éstas se fueron gradualmente al sur, por consiguiente los barquitos también se fueron al sur, pese a que el proyecto era irse por una ruta lo más al norte.

Para fortuna de la cabeza de Colón y de los hermanos Pinzón, se encontraron con las islas del Caribe, las que creyeron las Indias, de ahí el siguiente objetivo era llegar a Sumpango, nombre dado por los jesuitas a las islas del Japón. Para nueva desgracia de Cristóbal, entre sus carabelas y el Japón se atravesaba todo un continente, y no sería posible encontrar una ruta corta por el Atlántico entre Europa y Asia, sino hasta 1914 con la apertura del canal de Panamá.

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