martes, 19 de abril de 2011

Después de la manifestación en Morelos y el DF, la de Puebla fue la más grande del país


Manifestación en las calles y zócalo de la ciudad de Puebla. Foto: Luciana Tamain/ Subterráneos

Marchas en contra de la violencia en todo el país
Después de la manifestación en Morelos y el DF, la de Puebla fue la más grande del país
Alma Rosa Ugarte Pérez/ Subterráneos

Lunes 11 de abril de 2011, Puebla. El pasado 28 de marzo en el municipio de Temixco, Morelos, Juan Francisco Sicilia Ortega, hijo del escritor y periodista Javier Sicila, fue encontrado muerto junto con otras seis personas. Según informes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Morelos, el cuerpo de Juan Francisco fue encontrado atado de pies y manos con signos de tortura, en el interior de un automóvil donde había un mensaje firmado por “El CDG” con amenazas para el Ejército y la policía.

Más poesía, menos policía

Ante el dolor del asesinato de su hijo, Javier Sicilia, escritor y colaborador de Proceso, anunció que dejará de escribir poesía: “El mundo ya no es digno de la palabra, nos la ahogaron adentro […] no puedo escribir más”; manifestó Sicilia en su Carta abierta a políticos y criminales, en donde hizo un llamado nacional para levantar la voz en contra de la ola de violencia que azota a México.

De esta manera, el pasado 6 de abril, en todo el país, se realizaron diferentes protestas en contra de la violencia. En Morelos, 20 mil personas llegaron a apoyar a Sicilia. Tras esta protesta y la del DF, la de Puebla siguió en número, llegando a reunir a casi mil personas en el zócalo de la ciudad. Cerca de mil poblanos se congregaron frente al palacio municipal para manifestar su descontento y preocupación, ante el contexto de guerra que están viviendo.
Las coloquiales, pero eficaces palabras que titulan la carta de Sicilia “estamos hasta la madre”, y el ya conocido “no más sangre” se leyeron en carteles, playeras, imágenes y demás consignas que expresan el hartazgo, indignación y preocupación del pueblo mexicano.

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