domingo, 27 de junio de 2010

Cuando el deporte se convierte en un tema serio entre países



Cuando el deporte se convierte en un tema serio entre países
El fútbol ha protagonizado verdaderos campos de guerra entre naciones, como el caso de los países del este europeo
Luis Ricardo Cabrera Cortés/Subterráneos

El mundial de Sudáfrica va más allá de partidos, es todo un negocio, pero es sano darle una radiografía a la historia de la asociación a la FIFA de las naciones participantes.

El fútbol puede integrar naciones y hermanar gobiernos, sin embargo muchas veces crea odio y conflictos entre países con un pasado bélico.

La fuerza del deporte aunado al bombardeo de los medios de comunicación pueden reavivar nacionalismos extintos, entre naciones que no se han encarado de manera directa.

Puebla, Puebla. El mundial está en boca de todos y a dónde quiera que se vaya hay partidos, promociones de electrodomésticos o televisores si la selección nacional avanza más allá de la primera ronda. Aunado a toda esta fiebre mundialista existe el marketing que hace la FIFA y las trasnacionales para beneficio propio que parece que algunas veces rebasa al buen fútbol, el carisma físico de los jugadores y hasta el colorido panorama al ver gente de tantas nacionalidades en un estadio. Esta vez se pretende apartar la comercialización del mundial y tomar lo bueno de la globalización para hablar de casos de selecciones que han cambiado su perspectiva futbolística a través de sus hechos históricos.

Dentro de los múltiples comentarios que hay en la tele en pleno Mundial Sudáfrica 2010, se escuchó que los aficionados de Corea del Norte eran actores chinos contratados por el régimen de Kim Jong-Il, que las vuvuzelas, cornetas de alto rango de resonancia, son parte de la idiosincrasia del pueblo sudafricano y no se podían prohibir y que un futbolista llevaba tres mundiales, pero lo que más sorprendió fue que con tres selecciones diferentes. Dejan Stankovic, jugó para Yugoslavia en Francia 98’, para Serbia y Montenegro en Alemania 2006 y ahora para sólo Serbia.

Los Balcanes es un lugar plenamente futbolero, desde 1994 a 2002, Bulgaria, Croacia y Turquía quedaron en el tercer lugar de las justas mundialistas. En este mundial existen sólo dos naciones que pertenecen a esta región históricamente conflictiva, Serbia y Eslovenia, que si bien no aspiran a llegar más allá de octavos, han dado la sorpresa hasta ahorita. No es tan fácil que se desmiembre un país para organizaciones como la FIFA, puesto que tiene que integrarlo a su dinámica de clasificación para los mundiales, tal como le pasó a Serbia el último residuo de lo que alguna vez fue la República Socialista de Yugoslavia. De 1992 a 2006 la FIFA recibió la solicitud de Eslovenia, Croacia, Macedonia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Serbia para integrárseles, en un futuro cercano lo hará la provincia autónoma de Kosovo y quizá los serbios de Bosnia.

Las guerras interétnicas a veces llegan más allá de los campos y las ciudades, muchas veces quedan implícitos en partidos, es por eso que para las rondas de clasificación no se ponen en el mismo grupo a serbios, croatas o bosnios. Si bien el fútbol es un mediador de conflictos también puede ser un desestabilizador en potencia, véase la guerra del fútbol entre el Salvador y Honduras con 3,000 muertos, o los disturbios sociales que hay cuando pierde Colombia, es por eso que a la FIFA no le conviene afrontar a Corea del Norte con Corea del Sur o India y Pakistán, puesto que el fútbol va más allá de un simple evento deportivo, desenfunda nacionalismos supuestamente superados por los gobiernos pero no por la población.

No hay comentarios: