miércoles, 7 de abril de 2010

El Sendero del Rock en América del Sur


Conflicto por Las Malvinas abre las puertas al rock Argentino

El Sendero del Rock en América del Sur
Ricardo Cabrera/Subterráneos

*Ejemplo de cómo las relaciones internacionales desviaron la historia musical de un país

Puebla, Puebla, 28 de marzo 2010. Los Abuelos de la Nada, Sumo, Soda Stereo, GIT, Miguel Mateos, Charly García, Virus fueron bandas muy sonadas a principios de los años ochentas. A la contra respuesta de la falta de espacios musicales ingleses provocado por la guerra en 1982.

Los Fabulosos Cadillacs, Los Piojos, Los Auténticos Decadentes y la Versuit dieron una identidad más urbana e incluso futbolera a la exposición musical de la Argentina que influenciaría a la dinámica de hacer música.

Simbolismos dentro de la vida del argentino como la copa del mundo ganada en 1978 y 1986 y personajes como Mafalda de Quino, quien hacen una crítica al “modus vivendi” de aquella época, los llevan por un sendero optimista sobre que contar por medio de la música.

Cuando vemos por tele o internet a bandas mexicanas como Zoé o Café Tacuba que van a Buenos Aires y al resto de Argentina, vemos una audiencia distinta a la mexicana, con recintos no llenos y falta de brincos y gritos como los que hay en México y varias partes de América Latina. No es que no haya presencia de eventos, de hecho existen estadísticas de que Argentina junto con los Estados Unidos y Reino Unido, son los países con mayor cantidad de conciertos al año en el mundo. Los llamados “recitales” por lo general son masivos y al aire libre, en grandes estadios como el de Boca o el de Obras, con precios accesibles.

El rock argentino tiende a ser más pesado que el rock mexicano o el latinoamericano, por ejemplo ellos estandarizan a Soda Stereo dentro de un concepto totalmente pop igual que a Gustavo Cerati o Fito Páez mientras que las radios mexicanas los catalogan como un “rock”. Es por eso que Zoé y Café Tacuba en Argentina no deberían estar dirigidos a recintos de rock, donde se presentan Catupecu Machu o Rata Blanca, puesto que son más “soft” para la audiencia sudamericana quienes los comparan con grupos pop de allá como Miranda! o Babasónicos.

Los himnos de cancha o la batucada porteña no es una representación nacionalista del furor argentino, sino es una referencia cultural delineada a partir de diferentes eventos que tuvieron que ver con la formación del actual estado-nación argentino. Las relaciones internacionales y la problemática interna son los principales factores que despuntaron al rock argentino, llevándolo por un sendero de sonido innovador y con algo que contar de un pueblo reprimido militarmente, sujeto a experimentos económicos de inflación por el gobierno, una sociedad dividida políticamente por clases sociales, así como conflictos en fronteras no delineadas con Chile, Paraguay y el Reino Unido.

El archipiélago de las Malvinas representaba más que un territorio, un simbolismo de soberanía nacional para la Argentina que tocaría su punto más crítico en 1982 cuando comienza la recuperación de ésta por parte de los sudamericanos. Los ingleses que la tenían en su poder y que le llamaban Falklands no tardaron en recuperarla a partir de una política agresiva y poco diplomática, promovida por Margaret Tatcher. Las consecuencias políticas de esto llevaron a las rupturas diplomáticas y bloqueos económicos, sin embargo, nos incumbe qué hubo en la vida musical y cultural de los argentinos, ya que se dejó de consumir rock británico estimulando más a la creación doméstica de un propio rock y en español. Aunque exponentes como Sui generis, León Gieco, Mercedes Sosa, Spinetta y Sandro, entre otros, ya habían dado pasos en el rock en español, fue después de 1982 que hubo un boom comercial de los grupos argentinos quienes tenían que llenar el vacío dejado por la música inglesa.

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