domingo, 26 de junio de 2011

Conmemorando a Maximiliano


Conmemorando a Maximiliano
Raúl Rivera Morales / Subterráneos

El próximo domingo 19 de junio se conmemorará un aniversario más del fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo en el Cerro de las Campanas en el Estado de Querétaro en 1867. Después de este acto los liberales consolidaron su poder en el país y el partido conservador casi desaparece.

Muerte de Maximiliano


En 1867, las tropas imperiales fueron derrotas en el sitio de Querétaro y el emperador capturado. Respecto a la muerte de Maximiliano, son muchas las versiones románticas que hay en el cine y la televisión, la mayoría con tintes melancólicos.


El historiador Enrique Krauze señala que, al momento del fusilamiento de Maximilano, este para menguar el dolor tomó una fuerte dosis de opio por lo que estuvo muy alegre. Una de las anécdotas que cuenta Krauze es en la que Maximiliano pregunta a su general Miguel Miramón si dolía cuando lo fusilaban, a lo que este le contestó: no lo sé su alteza, nunca me han fusilado. Otro detalle “romántico” es cuando Maximiliano le da una moneda a cada soldado que lo va a fusilar, en la que comentan algunos historiadores, para que no le dispararan en la cara. Después, en forma de burla se abrió la camisa y mostró el pecho.


En la cinta Juárez y Maximiliano de 1933 de Miguel Contreras Gómez se le dio este diálogo a Maximiliano: "Perdono a todos y pido a todos que me perdonen y que mi sangre, que está a punto de ser vertida, se derrame para el bien de este país; voy a morir por una causa justa, la de la independencia y libertad de México. ¡Que mi sangre selle las desgracias de mi nueva patria! ¡Viva México!”. Pero en las crónicas históricas de su muerte sólo destacan los desvaríos que pronunciaba por efecto de la goma de opio.
Cuando Carlota fue informada de la muerte de su esposo  en 1867 se creé que no tuvo una reacción emotiva. En la recopilación historiográfica del Colegio de México “Historia de México” menciona el estado de desvarío de la emperatriz y su reclusión en el Castillo de Tervueren en Bélgica, donde muere en la locura en 1927.

Guerra de Reforma


La intervención francesa fue producto de la Guerra de Reforma, la cual inició cuando fue fundada la logia escocesa en México y los connacionales se tomaron muy a pecho sus postulados. Al contrario de la corriente Europea, la mexicana se volvió más formal.
Con la logia Yorquina pasó casi lo mismo, pero con un tinte liberal. Comúnmente se les ha asociado con la posición económica de sus miembros como una característica particular, pero personajes de distintas posiciones sociales participaron en el Congreso constituyente de 1857.
Al concluir el citado Congreso algunos senadores se disgustaron por los postulados liberales y tomaron las armas para que no fuera aplicada la Constitución. Por un lado quedaron los constitucionalistas, en su mayoría yorquinos y por el otro los conservadores, en su mayoría escoceses.
Al vencer los liberales, liderados por Benito Juárez en 1861, los conservadores continuaron con su proyecto de Estado encarnado en la figura de Maximiliano de Habsburgo. Este, perteneciente a la logia escocesa, no se tomaba muy en serio los postulados masónicos y al igual que muchos masones europeos se inclinaban por el movimiento liberal. Al mismo tiempo en Europa se gestaba la guerra Franco-Prusiana, en que se decidiría la preponderancia de Francia o Alemania en el continente. Maximiliano perdió así el apoyo de sus dos principales sostenes, los conservadores que lo trajeron a México y Napoleón III quien le cedió sus tropas expedicionarias.
Para el historiador Luis González y González, la guerra de Intervención Francesa y el establecimiento del Imperio fueron una prolongación de la Guerra de Reforma.

Quirarte, Martin .Visión Panorámica de la Historia de México. Porrúa Ed., Mexico 1995
Fernando del Paso, Noticias del Imperio. México

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