jueves, 10 de noviembre de 2011

Oliver Stone (reset a sus películas)


Oliver Stone (reset a sus películas)


Víctor M. Rodríguez / Subterráneos

 

Desde que me enteré que Oliver Stone estaría en la Ciudad de las Ideas en este mes, lo primero que me pregunté fue: ¿por qué traer a este cineasta norteamericano a un evento de este tipo, cuando existen mejores directores contemporáneos? Y mi respuesta fue apresurada, que sería más por cuestiones políticas y sociales, que artísticas.

Esto se debe a algunos trabajos como JFK, Pelotón, Nixon, Nacido el 4 de julio o Wall Street y la realización de documentales, que hace que tenga una perspectiva diferente con respecto a sus compatriotas norteamericanos. Comandante (2003) y Looking for Fidel (2004), son sobre entrevistas a Fidel Castro. Persona non grata (2003), es sobre los conflictos entre Palestina e Israel, orientándose principalmente a Yasser Arafat. Finalmente, Al sur de la frontera (2009) se enfoca en algunos dirigentes de Sudamérica.

Pero demos un reset, como pregona la publicidad de la Ciudad de las ideas y echemos una mirada a algunas películas recomendables de Oliver Stone.

 



De la calle a Wall street

En lo personal, me parece su mejor obra hasta ahora. Es sorprendente cómo la narrativa de la película nos hace identificar rápidamente con el personaje principal, Bud Fox (Charlie Sheen), quien aspira ser un gran broker en la bolsa de valores más poderosa del mundo; en su intento se encuentra con un gran monstruo financiero, Gordon Gekko (Michael Douglas), quien lo hará trabajar para él (de una manera ilegal), proporcionándole información espiando a sus enemigos. Es así como logra obtener éxito como corredor incrementando sus finanzas.

Pero es a la mitad de la película que, tanto Bud como el espectador, empiezan a sentirse incómodos con el trabajo que ejerce el personaje (Oliver nos abre los ojos y nos deja ver, claramente, la suciedad con que se está involucrando el personaje). Bud debe elegir entre su ética y su ambición. Un final poco creíble, pero el mérito de la película no es ese, sino la manipulación de la que fuimos víctima.



El costo de la libertad, Nacido el 4 de julio

Sin lugar a dudas estamos frente a una de las mejores actuaciones de Tom Cruise, quien interpreta a Ron Kovic, un joven con gran interés por servir a su patria. Se enrola en el ejército animado por sus padres y por el contexto en el que se desenvuelve. No tarda en ser enviado a Vietnam, donde experimentará el terror de la guerra. A su regreso pasará el resto de su vida en una silla de ruedas, su visión acerca de su país ha cambiado y tiene sobre su conciencia la muerte accidental de uno de sus compañeros.

Desde Pelotón, Oliver Stone ya plasmaba una lente crítica sobre la guerra de Vietnam, lo refuerza con este filme sobre la desmoralización de un soldado.

 



Cortando comunicación, Talk Radio

Película muy poco conocida de Stone, pero que por su guión realmente vale la pena ver. La agilidad del inicio de la película hace que el espectador se mantenga atento de principio a fin con un cierto grado de tensión.

Talk radio muestra a un ex-vendedor de trajes que al ser entrevistado en un programa radiofónico genera controversia entre los radioescuchas, por su capacidad de hablar con rapidez, elocuencia, sarcasmo y con comentarios incómodos. El dueño de la estación le propone su propio programa y empieza a tener éxito rápidamente. Tan famoso es que una cadena nacional piensa transmitirlo. Sin embargo, aquel locutor empieza a ser odiado, por su prepotencia y egocentrismo. Al final, pagará las consecuencias a las que él mismo se ha orillado.

 



La escena musical, The doors

Para finalizar y ganar uno que otro enemigo, The doors es una aproximación a lo que fue el excéntrico y misterioso Jim Morrison. Muchos estarán en desacuerdo con la visión de Stone, incluso Ray Manzarek (tecladista) y Robby Krieger (guitarrista), quienes tacharon de falsa y negativa la imagen de su compañero Jim, interpretado por Val Kilmer (por cierto, se pensó en Bono para interpretarlo).

La virtud del largometraje no es discutir si es o no es Jim al que vemos en pantalla, sino el retrato de una época, la magia psicodélica de un personaje, el mito, el escándalo, la atmosfera, el misterio que lo definió.

Habrá que esperar el aporte de Oliver Stone en el evento para acercarnos a su perspectiva de la realidad estadounidense, que sabemos no se congelará en ella, ya que ha sido por mucho tiempo el espejo de la realidad global.

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