La luz en “Una casa redonda”

Entrevista con el fotógrafo Fernando Cordero

La luz en “Una casa redonda”

Hugo Cabrera/ Captura Areli Gonzáles

 * Creo que el amor por los ferrocarriles lo tenemos todos los mexicanos por distintas historias: Fernando Cordero

Puebla, Puebla. Atraído por el espacio arquitectónico de “La Casa Redonda” (taller de ferrocarril) en Pantano, DF, Fernando Cordero, cineasta y fotógrafo, realizó una serie de 71 fotografías sobre este sitio y actualmente se exponen en el edificio principal del Museo Nacional de los Ferrocarriles, 11 Norte 1005, centro.

El trabajo fotográfico, que concluyó con la exposición “Una casa Redonda”, inició hace 22 años. Fernando Cordero mencionó que él iba en busca de otra cosa y el resultado fue accidental, aunque mucho tuvo que ver la experiencia personal de viajar en ferrocarril…

 

¿Cómo se da esa afición por los ferrocarriles?.

—Creo que el amor por los ferrocarriles lo tenemos todos los mexicanos por distintas historias. En mi caso, mi padre era un amante de los ferrocarriles, de las estaciones. Me llevaba desde muy chico a contemplar las máquinas y sentir lo que sucedía en esos sitios, y sí me compraba Máquinas a escala (HO) para jugar con ellas. Para mí era una cosa extasiante, mágica y una gran responsabilidad porque comprenderás que en los dedos de un niño pequeño, estas máquinas eran sumamente delicadas

¿Cómo conociste esa Casa Redonda?

Bueno, una Casa Redonda es realmente el taller de mantenimiento de las máquinas del ferrocarril, de las locomotoras. Es un semicírculo con una fosa central, en donde son distribuidas al taller semi redondo, dependiendo de la necesidad de mantenimiento de la máquina, cambios de aceite, asuntos de electricidad, en fin. Las locomotoras requieren de muchísima, muchísima atención para que funcionen correctamente. 

¿Cómo accedes a éste sitio?

—Yo la conocí en una franca decadencia, ya eran los últimos meses o quizás con mucho decir los últimos 12, 24 o quizá 36 meses del ferrocarril gubernamental. Estaba en una decadencia, en un deterioro muy pronunciado, en un desanimo. Hago un registro durante un año y medio de toda esa derrumbe, y se percibe un poco malestar que había en este lugar porque prácticamente eran los últimos tiempos del ferrocarril gubernamental. Estuve en medio de ciertas fricciones, entre opiniones diversas de trabajadores, había pleitos, había mucha tensión en ese momento.

Supongo que cada imagen contará una historia detrás del proceso de su realización…

Hay muchas anécdotas, pero una que te puedo contar, es que en la búsqueda de entender la estética de estas imágenes, me fui por el lado, el que más me atraía, de la luz. Evidentemente la luz intervenida con la figura humana. Entonces el lugar, tenía desasidos muy interesantes de claro oscuros, de texturas y colores, que había de registrar de una manera muy surrealista y abstracta. El camino que opté fue el de irme para no perderme, porque evidentemente este es en un sitio de dimensiones considerables. Había que tener una guía, una idea muy clara. Elegí hacer una especie de recogimiento de estos personajes, que yo veía como zombies, que deambulaban en estos patios y también de su relación con el sitio y la luz que irrumpía en estos salones de mantenimiento y conservación. En realidad, es un ejercicio muy intenso en cuanto a técnica y en cuanto a recursos para lograr captar todo eso.

Fernando Cordero tiene otros proyectos relacionados con la fotografía y la arquitectura, trabaja en recopilar y realizar imágenes de estructuras arquitectónicas sobre el mar, buques, plataformas marinas, etc.

Contacto: http://www.fernandocordero.info

 



Fernando Cordero, cineasta y fotógrafo, realizó una serie de 71 fotografías el espacio arquitectónico de “La Casa Redonda”. Actualmente la exposición se expone en el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, 11 Norte 1005, centro. Foto: Wendy Pardo/Subterráneos