jueves, 15 de septiembre de 2011

Rap, rock y Bastille



COCORICO

Rap, rock y Bastille


Alonso Fragua

A mí los nacionalismos no me agradan. Sin embargo, como parte de mi experiencia en Francia, las celebraciones del Día de la Bastilla, el 14 de julio pasado, me llenaban de ilusión. El ayuntamiento de Toulouse anunció desde semanas atrás el mega-concierto de “Cali y sus amigos”, con una asistencia estimada de más de 100 mil personas. El plus de la noche, un espectáculo de fuegos artificiales.

Parte de la expectativa era escuchar la Marsellesa entonada por miles de almas, y ver el azul-blanco-y-rojo de la bandera iluminando la noche tolosana. Nada de eso ocurrió. La pirotecnia fue musicalizada con el tema de “Los piratas del Caribe”, Misirlou de Dick Dale, incluida en la banda sonora de Pulp Fiction, y otras melodías provenientes de éxitos de Hollywood y Disney. Triste, creo yo…

No obstante, la jornada no fue un desperdicio. Disfruté de la música de Cali, con el cual probablemente me hubiera cruzado en otro momento y, sobretodo, descubrí al dueto de rap, Bigflo et Oli. Empiezo por estos últimos.

Hermanos tolosanos de 18 y 15 años, enriquecidos por la cultura argentina, argelina y francesa, estos talentosos jóvenes —intérpretes y letristas— fueron el acto de apertura ante una audiencia que al final de la noche alcanzaría 120 mil espectadores. La canción que entonaron fue Fier d’être toulousain u Orgulloso de ser tolosano, su pequeño “éxito” que interpretaron antes sobre el escenario del Capitolio, plaza central de la ciudad, durante la pasada Fiesta de la música, el 21 de junio. De este mismo tema hicieron un video clip que es posible ver en YouTube. Y cuando escribo “hicieron” me refiero a ellos y nadie más, cuando contaban cerca de 15 y 13 años. Como los buenos raperos, ágiles con la palabra, con contenidos honestos y positivos que retratan la realidad menos típica de Toulouse. A no perder de vista en el futuro a través de www.bigfloetoli.skyrock.com y www.myspace.com/bigfloetoli.

Sobre Cali, intérprete más “comercial” pero no por ello menos valioso, puedo decir que el espectáculo que ofreció ese día le hizo ganar, al menos, a dos entusiastas más. Desde las primeras canciones la energía que proyectaba era evidente. Por ahí de la tercera o cuarta rola, las manos al aire del público recibieron su cuerpo eufórico el cual nunca dejó de cantar temas como Cantona, dedicado al futbolista del mismo apellido o L’amour fou (El amor loco). Casi todo el repertorio de la noche fue de su último disco La vie est une truite arc-en-ciel qui nage dans mon cœur (La vida es una trucha arcoíris que nada en mi corazón, 2010), el cual me parece una muy buena elección para iniciarse en su obra.

La vie est une… se ubica entre la chanson francesa y el rock, con potentes guitarras muy a lo The Edge rasgadas por el belga Geoffrey Burton (Iggy Pop);  coros entre francamente eufóricos y ligeramente angelicales, cortesía de Sarah y Boris Zeebroeck, del trío Hong Kong Dong; y el violín melancólicamente irlandés de Steve Wickham (U2…otra vez…). Además de reconocer el “heroísmo” de los  liderados por Bono, Cali menciona entre las influencias de este disco a la grandilocuencia de Arcade Fire, a Nick Cave de Joy Division, y a Yo la Tengo.

Además de su talento musical, el originario de Perpignan, ciudad catalana del sur-oeste francés, es famoso por su militancia política, la cual se siente en muchas de sus letras y declaraciones, las cuales son estudiadas con cautela por ese sector  que busca cualquier disfuncionalidad ideológica en un artista para descalificar su obra. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, ¿no?

fraguando@hotmail.com

www.galloenchilado.blogspot.com

Twitter: @esquizz0

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